El 9 de setiembre de 1867, el vicepresidente Francisco Sánchez escribía una carta a Cándido Bareiro, encargado de negocios del Paraguay en las ciudades de París y Londres, mencionando lo siguiente:
Que el Congreso Extraordinario de marzo de 1865 le otorgó al Mariscal dos distinciones: una presea de brillantes y una espada de honor.
Ese mismo Congreso Nacional fue el que declaró la guerra a Argentina, y nombró Mariscal al presidente Francisco Solano López.
Bareiro debía encargarse de mandar elaborar ambas distinciones, con los fondos económicos de su legación, y en caso de no disponer suficientemente de los mismos, estaba autorizado a pedir un empréstito de 2.000 onzas de oro. Como el bloqueo del río era total, el gobierno paraguayo no podía enviar el dinero.
Sánchez incluso nombraba a quien debía realizar el trabajo, el joyero Fontana, que residía en el Palacio de París.
Como curiosidad, en la parte no visible de la espada debía decir: “Al Mariscal López. La Patria reconocida”.