Saturio Rios

  • Titulo: Saturio Rios
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Era oriundo de Capilla-cué, jurisdicción de San Lorenzo del Campo Grande. Nació el 2 de octubre de 1846 y fueron sus padres Vicente Ferrer Ríos y Francisca Petrona Castro. Tras sus estudios elementales, se habría iniciado en los fundamentos de la plástica con los hermanos Ravizza, lo mismo que Aurelio García.

En su oportunidad, SR se vinculó a uno de los más ponderados instrumentos de la civilización incorporado al país, el telégrafo, éste sí el primero del Río de la Plata. Para su instalación fueron contratados los Ings. Hans Fish y Roberto Von Treuenfeldt. De Asunción, la línea telegráfica seguía por la banda izquierda del río Paraguay. El primer mensaje fue transmitido desde Villeta el 16 de octubre de 1864, segundo aniversario de la exaltación a la Presidencia del general López. Pasando por Humaitá, la línea llegó hasta el CG en Paso de Patria, desde donde derivó a Paso Pucú, y sucesivamente a los otros sitios en donde el Mariscal instaló su Cuartel General; inclusive en Ceibo, en la banda derecha del río Paraguay, tras la evacuación de Humaitá. Tanta fue su eficacia, que las crónicas para El Semanario, en la Capital, se transmitían por él.

Saturio Ríos alternó sus funciones de telegrafista con su dedicación al arte; en Humaitá – 1865 – pintó el retrato del Obispo MA Palacios, del coronel José María Aguiar y el de Benigno López. Saturio Ríos, primer telegrafista paraguayo, inventó durante la guerra un aparato de recepción que le valió la jerarquía de Teniente honorario y la condecoración Orden Nacional del Mérito. Sobrevivió al conflicto; prisionero, fue llevado a Río de Janeiro, y algún tiempo después, terminada la guerra, volvió al país casado con una brasileña. De esta época se conocen de él algunos retratos de personalidades de la política y de la sociedad. Y fue diputado, de cuyas funciones fue separado por reiteradas inasistencias injustificadas; comenzaba su decadencia espiritual y física. Corrieron 50 años; enfermo, pobre y olvidado, vivió en su casita de San Lorenzo, hasta su muerte, en avanzado estado de postración física y mental, en 1920.

Para Josefina Pla, la obra de Ríos anterior a su ida al Brasil “mantiene rasgos, en color y en diseño, que parecen establecer una continuidad perfeccionada con la obra de los pintores misioneros…

Su obra posterior refleja una compenetración con los recursos académicos y el pos-romanticismo de la época y de su aprendizaje”.

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