Nació el 31 de Diciembre de 1839 en Isla Aveiro, Limpio.
Muy joven Silvestre Aveiro comienza su labor al servicio del gobierno nacional, en septiembre de 1856 es nombrado Escribiente en el Ministerio de Hacienda, cargo que ocuparía durante dos años, ya que sería trasladado en septiembre de 1858 al despacho del Presidente de la República, don Carlos Antonio López, sirviéndole como amanuense hasta su muerte acaecida en septiembre de 1862.
La confianza de la que había sido merecedor por parte de Don Carlos le valió ser depositario del pliego por el cual Francisco Solano López era designado para ocupar el gobierno provisorio a la muerte de su padre.
Cuando se inicia la guerra, parte en la comitiva del Mariscal Francisco Solano López el 8 de junio de 1865 rumbo a Humaitá, agregado al Estado Mayor.
En 1865 ocurre el primer proceso militar de los tantos que se darían en el transcurso de la guerra y de los que sería parte Silvestre Aveiro.
El 16 de octubre de 1868 se inician los procesos militares de San Fernando. Ahí Silvestre Aveiro ejercería el control sobre los 6 tribunales.
El Ejército Paraguayo se encontraba en retirada en 1869, y se conocería una nueva conspiración contra el Mariscal. Ahora serían los cabecillas miembros de su familia, entre ellos, su propia madre. Durante los interrogatorios a ésta, Aveiro dio golpes a la acusada con la mano, otros autores incluso hablar de cintarazos.
Silvestre Aveiro acompañó al Mariscal hasta Cerro Cora, y logro sobrevivir, siendo el último oficial paraguayo que lo vio con vida en el Aquidaban-Nigui.
El 27 de febrero de 1874, el presidente Salvador Jovellanos, nombra al Coronel Aveiro como jefe político y juez de paz de Limpio. Unos meses después se plegaría a una breve revolución contra el gobierno de aquel, sin mayores éxitos.
Su último cargo público fue el de Juez de Paz en lo Civil y Comercial de Luque. Fallecería en esa ciudad el 7 de Junio de 1919 a causa de una esclerosis.