Sargento Mayor Hilario Amarilla

  • Titulo: Sargento Mayor Hilario Amarilla
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Nacido en Pilar, su nombre aparece por primera vez en la Lista Mayor de los Jefes y Oficiales de la División del Ejército del Sur, en enero de 1866, dentro del Regimiento Nº 1 de Artillería a caballo.
En el combate de Corrales, el 31 Enero de ese año, había actuado con sus cohetes “a la Congreve” sembrando el pánico y la muerte entre las tropas argentinas. Desde ese momento recibiría el apodo de “El Cohetero”.
Tuvo destacada actuación en Estero Bellaco, el 2 de mayo de 1866, donde a pesar de ser herido se encargó de tomar algunos cañones enemigos. También estuvo en Yatayty Cora, 10 y 11 de julio de 1866, y Boquerón del Sauce entre el 16 al 18 de julio de ese año.
La última vez que combatiría con sus famosos cohetes fue en Curupayty. Después de eso, presumiblemente por haber agotado municiones, ya no aparecen en combates posteriores.
Luego de la batalla de Lomas Valentinas, en diciembre de 1868, es trasladado malherido a Cerro León donde pierde una parte de su pierna derecha.
Recuperado, y con un rasgo que lo caracterizaba, una sonrisa jovial, dirigió la artillería en la batalla de Piribebuy, 12 de Agosto de 1869.
Hay historiadores que afirman que cayó prisionero en ese lugar, sin embargo, memorias de algunos veteranos lo ubican en Cerro Corá a finales de la guerra.
En la posguerra fue Escribano del juzgado del crimen, diputado, Juez del Crimen, Presidente del Tribunal de Jurados y senador. También fue miembro del Superior Tribunal de Justicia, en todos esos cargos reveló su capacidad intelectual y probidad moral.
En 1881, fue uno de los fundadores del periódico “La Democracia”.
Falleció el 20 de setiembre de 1887, y el diario que ayudó a fundar, y a quien proveyó de su primera imprenta, le dedicaba el editorial del día siguiente: “(…) Pero nos olvidamos de sus heridas, de sus gloriosas heridas que eran en él un orgullo para sus amigos y compatriotas. Esas heridas las recibió en muchos combates, desde Paso Pucu hasta Piribebuy. Las cicatrices del pecho son recuerdos del Sauce; las de la pierna derecha, que nunca cicatrizaron, de Lomas Valentinas el 28 de diciembre del 68 a los siete días de incesante fuego, y las de los dos brazos y los dedos, de Piribebuy.
Joven lleno de ardor y valiente, Amarilla supo inscribir su nombre en las páginas brillantes de nuestra historia de la guerra, con esos actos heroicos en que siempre descollaba en las filas del ejército”.
Sus restos se encuentran el Cementerio de la Recoleta, donde una placa reza, con justicia, “Sirvió a la Patria”. Una calle del barrio San Vicente de Asunción lleva su nombre.

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