El Látigo
Semanario ilustrado satírico, apareció entre 1885 y 1889 después evoluciono como El Látigo Inmortal. Publicado como tal hasta 1892.
Con criticas y caricaturas a los Generales Caballero, Escobar y otros políticos de oposición, se refleja una amplia libertad de prensa, aunque en sus secciones informales insinúe cierta presión del Gobierno hacia sus colaboradores. Su director propietario Placido Casaús